jueves, 15 de marzo de 2012

Campaña del Seminario Diocesano




Campaña del Seminario diocesano de Huelva.

Sesión del día del seminario. Educación Secundaria.

OBJETIVOS
1. Explicar las distintas vocaciones de los cristianos.
2. Explicar la misión del sacerdote.
3. Dar a conocer qué es un seminario y quienes se forman en el.
4. Fomentar en los alumnos el deseo de conocer más en profundidad el seguimiento de Jesucristo desde el sacerdocio.


MATERIALES NECESARIOS
 Biblia.
 Video.
 Proyector.
 Sala de audio.


CRITERIOS DE EVALUACIÓN
En la evaluación de esta actividad se valorará:
 La actitud ante la actividad.
 La participación activa en el desarrollo de la misma.
 El interés y buen comportamiento durante la actividad.


DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
- Lluvia de ideas sobre el seminario, el seminarista y el sacerdote.
- Explicación sobre las distintas vocaciones del cristiano (Sacerdocio, vida consagrada, matrimonio, misionero, etc.)
- Lectura del Evangelio según san Marcos 10, 17-22: El joven rico. Con explicación breve sobre el evangelio en la que se señale cómo el discípulo de Cristo deja todo lo que tiene para seguir a Cristo.
- Video sobre el seminario.


EVALUACIÓN
 Cabe señalar que la actividad propuesta puede ser modificada dependiendo de los criterios del profesor.
 El video se puede encontrar en http://www.youtube.com/watch?v=bjrH3B-x1m0&feature=youtu.be




“El joven rico” Mc 10, 17-27
Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.» Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!» Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.» Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?» Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios

Reflexión:

El discípulo de Cristo deja todo lo que tiene para seguir a Cristo. ¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Huir de ella o aprovecharla? El joven del evangelio sentía una inquietud en el fondo de su alma. Había decidido romper con el pecado. Seguramente tendría amigos refugiados en el egoísmo, los placeres, la violencia, la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Pero él no era así. Quería llegar a la vida eterna, y por eso se acercó a Jesús para preguntarle qué debía hacer.
¿Alguna vez te has hecho esa pregunta? ¿Y cuál ha sido la respuesta? ¿Ha sido una respuesta de amor? Porque este joven, aunque estaba bien dispuesto, no supo estar a la altura y se fue triste. ¡Qué contradicción! Poseía muchos bienes, y en lugar de estar alegre, se marchó con un rostro marcado por la tristeza y el desengaño. En el fondo, no estaba dispuesto a decir sí a Jesús y optó por seguirse a sí mismo.

Seguir a Jesús exige esfuerzo, desprenderse de lo que uno más ama. Significa sacrificio, pero también alegría y realización humana. No hay que tener miedo a lo que nos exija la vivencia auténtica de nuestro cristianismo, porque no estamos solos. ¿Acaso Cristo nos va a abandonar? ¿No nos acompaña con sus sacramentos? ¿No nos va a consolar cada vez que le hablemos en la oración? Seguir a Cristo es el camino para aprovechar bien la vida.



Seminario y seminarista
El seminario sacerdotal es una casa de formación para adultos que de manera voluntaria y aceptados por las autoridades eclesiásticas, inician un itinerario de estudios que los conduce al ministerio sacerdotal. Los seminarios pertenecen jurídicamente a la diócesis bajo la autoridad del obispoLos seminarios sacerdotales son conocidos también como “seminario diocesano”, “seminario episcopal” y “seminario mayor”.
En adición a esto, las iglesias que poseen este sistema de formación sacerdotal, cuentan también con la forma de “Seminario menor” que no es otra cosa que un colegio que puede ir desde la educación básica a la secundaria para menores de edad, bajo la tutela de la diócesis con proyección sacerdotal.
Como dice el Decreto sobre el ministerio y la vida sacerdotal (Presbyterorum Ordinis, 7 de diciembre de 1965), el propósito del Seminario mayor es la formación de pastores bajo el ejemplo de Jesús sacerdote y Buen Pastor. 

Un Seminario mayor, para ser regular, debe contar como mínimo con el siguiente personal siempre elegido por el Obispo:

  • Un rector: un sacerdote que rige la vida del seminario, vela por el cumplimiento objetivo de los estudios, hace un seguimiento concienzudo de los candidatos y presenta reportes claros al obispo.
  • Un director espiritual: un sacerdote dispuesto a escuchar y a acompañar las inquietudes de los estudiantes.
  • Un confesor: un sacerdote dispuesto a ejercer el sacramento de la Confesión.
Además suele haber Prefecto de estudios, Secretario de estudios, Vicerrector, Ecónomo, Prefecto de disciplina y Bibliotecario.
Los estudios en el Seminario mayor se dividen en filosóficos (bienio) y teológicos (cuatrienio), los cuales deben comprender al menos un sexenio completo. 

Vocaciones del cristiano
Sacerdocio: El sacerdocio es una llamada de Cristo a vivir una relación con Él sirviendo a su pueblo. Cristo elige a algunos de sus seguidores (los apóstoles) para continuar su trabajo en la Tierra hasta el final de los tiempos. El sacerdocio es una extensión de esto y por tanto la continuación de la labor de Cristo en el mundo de hoy.
Aunque toda la Iglesia es un pueblo sacerdotal, compartiendo el sacerdocio de Cristo por medio de sus sacrificios diarios, oraciones y divulgación del Evangelio, Dios llama a personas específicas para que sirvan en su nombre en medio de la comunidad. Estas personas son los sacerdotes.
El sacerdocio es una llamada. Cristo pide a algunos hombres el sacrificio de sus vidas para que le sigan como sus más íntimos compañeros. Desde toda la eternidad, algunos hombres han sido llamados al sacerdocio. Es una llamada inscrita en su naturaleza y, por eso mismo, es una llamada que llenará sus vidas por completo. Así pues, el sacerdocio no es simplemente una ocupación entre otras muchas. Es una forma de vida a través de la cual Dios invita a un hombre a entrar en una relación más profunda con Él.
Vida consagrada:  La Vida Consagrada “es un don de Dios Padre a su Iglesia por medio del Espíritu”. Lo característico es la vivencia de los votos o consejos evangélicos y la vida en comunidad. Esta vocación se desarrolla con matices propios según el carisma del Fundador de una u otra congregación o instituto de vida consagrada. Casto, pobre y obediente.
- Llamado a vivir centrado en Jesús
- Llamado a tener como única riqueza a Jesús y su invitación a perder tu vida por el Reino
- Llamado a hacer del Proyecto del Padre tu propio proyecto de vida, acoger su verdad y ser libre
- Llamado a vivir en comunidad de hermanos, a construir la fraternidad y el bien común, en donde el centro sea Jesús y lo suyo.
- Llamado a asumir una misión con el carisma de una congregación o instituto, ese carisma que pone el “sello” particular y que sostiene toda obra reconociendo su origen en Dios y como respuesta concreta ante una necesidad en el tiempo


Matrimonio: Es uno de los siete sacramentos. El varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole. El matrimonio es un proceso íntimo de integración personal en el amor mutuo de los cónyuges. Se trata de un tipo especial de amistad entre el hombre y la mujer que se donan recíprocamente el uno al otro con la explícita intención de hacer permanente esa donación y se ponen uno a disposición del otro en respeto profundo, reconocimiento de lo singular e individualmente valioso del  al que se donan, y lo expresan en una concreción espiritual y corporal construyendo un nosotros de amor como pareja, conformada por un hombre y una mujer abiertos a traer nuevas personas al mundo como fruto concreto de su amor.
Misionero: Es un cristiano que desea salir de su lugar de residencia con el fin de ayudar al prójimo y evangelizar a la gente de otros sitios.  Hoy en día se trata tanto de religiosos como de laicos, que realizan una verdadera labor de ayuda social hacia los más pobres.



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