miércoles, 8 de junio de 2016

Unidad 5. Religiosidad popular. 4º ESO

Cuando hablamos de “religiosidad popular” unimos dos palabras. La “religiosidad” equivale a la práctica y esmero en cumplir las obligaciones religiosas. Y la religión, como virtud, mueve a dar a Dios el culto debido. “Popular” es lo relativo al pueblo; lo que es peculiar de él o procede de él; es decir, lo que viene de la gente común.
Las personas más formadas en la fe pueden experimentar una cierta repulsa hacia esta forma de religión. Parecería, en principio, una realidad a superar, un modo insuficiente de vivir la entrega a Dios; la escucha y la obediencia, que son características de la fe.
Las grandes disyuntivas no siempre son aconsejables. Muchas veces no se trata de “o esto o lo otro”, sino de “esto y lo otro”. En la historia de la espiritualidad cristiana se constata que grandes movimientos de renovación han ido unidos a la promoción de la piedad del pueblo. Los benedictinos, por ejemplo, fomentaron la devoción a los santos, a los nombres de Jesús y de María, o las misas por los difuntos. Los franciscanos divulgaron la devoción a la pasión de Jesús, al “Via Crucis” o al Belén.
Por: Guillermo Juan Morado | Fuente: www.infocatolica.com

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El Culebra y el Cabesa, dos raterillos chandaleros del tres al cuarto cercanos a la treintena, deciden dar su gran golpe: atracar una sucursal bancaria y huir a Brasil. Pero lo que se suponía un trabajo sencillo se complica debido a la irrupción repentina de Fermín, un empresario cincuentón cargado de explosivos, que amenaza con inmolarse y exige la presencia de la televisión para llamar la atención sobre su precaria situación económica. Fuera, un cordón policial impide la huida de los atracadores, así que su única opción es hacerse fuertes en el interior de la sucursal convirtiendo lo que prometía ser un simple atraco en un secuestro en toda regla con rehenes y explosivos de por medio. A partir de ese momento, la policía tratará de solucionar la situación como sea, sin tener en cuenta que la Cofradía debe hacer su Estación de Penitencia. El tiempo pasa y, pese a los intentos de la policía de llegar a un acuerdo con los secuestradores, crece la tensión tanto dentro como fuera del banco, haciendo que el secuestro se salga de madre.

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